14 dic 2009

Los pedos de las vacas contaminan

Parece cosa de chiste, pero una vaca lechera puede contaminar cuatro veces más que un automóvil.

Estudios del Ministerio de Medio Ambiente confirman que el estiércol y las flatulencias ganaderas representan el 6 por ciento de las emisiones españolas a la atmósfera, unas 25.000 kilotoneladas equivalentes de CO2.

Y eso que aquí la crisis ha reducido nuestra cabaña ganadera. Porque en otros países como Nueva Zelanda, este aporte digestivo de gases supone el 50 % de sus emisiones contaminantes.

Para luchar contra tan maloliente problema, los científicos se han puesto manos a la obra.

Los primeros fueron los investigadores de la Universidad de Hohenheim, quienes han fabricado unas pastillas vegetales que transforman el metano digestivo de los bóvidos en glucosa. Reducen así sus flatulencias como si tomaran pastillas de Aero-red, obteniendo cacas más dulces e inofensivas. Otros, como los del Instituto de Investigaciones Medioambientales de Aberystwyth (Gales, Reino Unido), proponen cambiar su dieta.

Y ahora son los australianos quienes anuncian su intención de trasplantar una bacteria propia de los canguros al estómago de las vacas con el fin de lograr pedos ecológicos, sin el venenoso metano.

Menos que las vacas, pero nosotros también somos productores de metano. Hace años una simpatiquísima señora me aseguraba entre risas que, contra las bajas temperaturas en casa, lo mejor era meterse en la cama y caldearla convenientemente a golpe de flatulencias. Ella era viuda y vivía sola, así que no tenía especiales problemas de convivencia. Supongo que no me haría ahora caso si le dijera que con su acción, además de calentar el lecho, estaba involuntariamente calentando la atmósfera.

Conclusión: El calentamiento global es cosa de TODOS.

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